La hiperconectividad ha planteado una nueva forma de hacer negocios. Las tecnologías emergentes abren un mundo de posibilidades, pero también plantean todos nuevos desafíos.
De la mano de las nuevas tecnologías y del despliegue de redes 5G, el término Hiperconectividad se redefinió para hacer referencia a todo el ecosistema de dispositivos, aplicaciones, infraestructura y servicios involucrados en el intercambio de datos.
Para darle contexto a este concepto, DE-CIX (Deutscher Commercial Internet Exchange), uno de los puntos de Intercambio de Internet que mueve más tráfico en todo el mundo, estimó que durante 2023 las más de 3,100 redes conectadas en todo el orbe intercambiaron alrededor de 59 exabytes de datos, frente a los 48 exabytes de 2022. Cifra que seguirá creciendo exponencialmente dada la hiperconectividad y el uso cada vez mayor de aplicaciones basadas en Internet como el Internet de las Cosas (IoT) y la Inteligencia Artificial (IA).
La consultora McKInsey define al IoT como la convergencia de los mundos digital y físico, y la describe como una de las tendencias fundamentales que subyacen a la transformación digital de los negocios y la economía. La conectividad constante que permite la IoT, combinada con datos y análisis, ofrece nuevas oportunidades para que las empresas innoven en productos y servicios, así como para aumentar la eficiencia operativa.
Según sus estimaciones, el valor económico potencial que podría generar la IoT para 2030 alcanzaría entre 5.5 billones y 12.6 billones de dólares en valor a nivel mundial, incluido el valor obtenido por los consumidores y clientes de los productos y servicios de IoT.
Además, proyecta que el valor económico en determinados entornos como las fábricas, que incluye ámbitos de producción estandarizados en manufactura, hospitales y otras áreas, representará la mayor cantidad de valor económico potencial de la IoT, alrededor del 26%, en 2030.
En ese escenario, es las aplicaciones B2B donde se puede crear la mayor parte del valor de IoT, con alrededor del 65% del valor potencial estimado de IoT para 2030. Sin embargo, el valor de las aplicaciones B2C también está creciendo rápidamente, impulsado por una adopción más veloz de lo esperado en soluciones de IoT dentro del hogar.
Uno de los impactos más significativos de la hiperconectividad es la movilidad y flexibilidad que ofrece a los empleados dentro de las distintas industrias. Con una conexión constante y rápida, los trabajadores pueden acceder a la información y las herramientas necesarias desde cualquier lugar y en cualquier momento. Esto no solo aumenta la eficiencia laboral, sino que también permite a las empresas adoptar políticas de trabajo remoto, incrementando así la satisfacción y retención de empleados.
Para las empresas, la hiperconectividad facilita una mayor escalabilidad de las operaciones, pues las organizaciones pueden ampliar sus capacidades tecnológicas sin la necesidad de grandes inversiones en infraestructura física. Las redes hiperconectadas permitirán el agregado de nuevos dispositivos y servicios de manera rápida y eficiente, asegurando que las empresas puedan adaptarse a las demandas del mercado con agilidad y precisión.
Sin embargo, en todo este ecosistema hay un punto neurálgico y es el de la seguridad. Con el aumento de dispositivos conectados, las empresas deben implementar medidas de seguridad avanzadas para proteger sus datos y evitar ciberataques. La gestión de la seguridad cibernética se vuelve más compleja y crítica, requiriendo una supervisión constante y una actualización regular de los protocolos de seguridad.
Para la consultora Forrester, con el rápido avance de la IA y las tecnologías conectadas, la seguridad se ha vuelto más crítica que nunca, ya que la IA ayuda tanto a los hackers de sombrero negro como a los de sombrero blanco. Además, advierte que el futuro pertenece a quienes tienen la previsión y la voluntad de invertir en seguridad ahora. A medida que se expanden las capacidades de la IA, también lo hacen las vulnerabilidades potenciales que los actores maliciosos pueden explotar.
De hecho, en su último ranking de tecnologías emergentes, tres de las 10 principales tecnologías emergentes se centran en la seguridad. La seguridad de IoT aparece en la lista, ya que la proliferación de dispositivos inteligentes requiere un enfoque renovado en la protección de la superficie de ataque en expansión.
Las políticas de Zero Trust Edge, una fusión de herramientas de red y seguridad, también fue incluida, dado que se gestiona como un servicio en la nube que ayudará a proteger los entornos remotos utilizando los principios de Zero Trust.
La más novedosa de la lista es la seguridad cuántica. A pesar de que las computadoras cuánticas están a años de romper el cifrado actual, los preparativos para algoritmos resistentes a la tecnología cuántica y la agilidad criptográfica se están volviendo esenciales.
Al margen de este asterisco que son los aspectos de seguridad, la hiperconectividad también optimiza la gestión de recursos dentro de las empresas. La capacidad de monitorear y controlar dispositivos y sistemas en tiempo real permite una gestión más eficiente de los recursos energéticos y tecnológicos.
Es de esperar que eso se traduzca en una reducción de costos operativos y una mejora en la sostenibilidad empresarial, contribuyendo a una mayor responsabilidad ambiental.
Con redes rápidas y confiables, los equipos pueden comunicarse y compartir información de manera más eficiente, eliminando barreras y fomentando una cultura de cooperación y transparencia.
Esta mejora en la comunicación interna se refleja en una mayor cohesión y coordinación entre diferentes departamentos, lo que a su vez impulsa la innovación y la toma de decisiones estratégicas. La clave estará en la capacidad de los líderes empresariales para integrar estas tecnologías de manera estratégica y eficiente, asegurando una transformación digital exitosa.